Ha sido un fin de semana fantástico y aunque en el fondo no he hecho nada excesivamente fuera de lo habitual parece que me ha cundido un montón.
El sábado fuimos a un censo de aves marinas con unos amigos pero al poco de llegar nos vimos rodeados de una niebla increíble que nos impedía ver nada a escasos metros, vaya, muy poco apropiado para el avistamiento de aves, eh? Así que aproveché ese ratillo de visibilidad nula para enseñar a una de las muchachas del grupo a tejer calcetines. Si, para estupor de muchos, allí estábamos las dos sentadas en el suelo con las agujas de doble punta y un par de madejas tejiendo calcetines. Y no sólo eso sino que ya me ha salido otra alumna que quiere que le enseñe a tejer una manta para el sofá...en fin, a este paso me echan del censo por montar un taller de punto y distraer a las participantes.