Hace ya meses que le doy vueltas a la idea de hacerme no un estudio que ya quisiera pero que no cabe en los escasos metros de mi casa, pero sí un rinconcillo para tejer. El sitio lo he tenido claro desde el primer momento y es el dormitorio. Cuando compramos los muebles de casa teníamos muy claro que queríamos un dormitorio despejado, con la menor cantidad de muebles posible entre otras cosas para poder utilizar ese espacio en un futuro. La habitación es bonita y tiene buena luz, así que utilizarla sólo para dormir me parece un desperdicio...
Mi idea es comprar un sillón no muy alto para ponerlo debajo de la ventana (calzadoras se llamaban antes) pero bueno, todavía ando buscando y esperando a tener algo más de presupuesto. Lo que si he comprado ya es un par de baúles para almacenar la lana...toda esa lana esparcida por los más oscuros rincones de mi casa que ayer por la tarde estuve rescatando de sus escondites. Ni que decir tiene que me lo pasé genial sentada entre un mar de bolsas con ovillos, agujas, etc. Una vez más he constatado que tengo más restos de madejas que madejas enteras y algún día me decidiré seriamente a hacer algo con ellas. También descubrí 5 ovillos de algodón que ni siquiera sabía que tenía, y un sorprendente número de agujas circulares del mismo número.





Y por si fuera poco, ayer una compañera de trabajo me trajo esta preciosa maceta...justo lo que le faltaba al rincón!