Ahora si...

Después de unos días de tregua retomé el calcetín y lo rematé. Lo bueno de los fallos tontos como el que me hizo tener que desbaratar 16 vueltas es que te pasan una sola vez, después se lleva la lección aprendida ya para siempre.
La cosa iba tan bien que cuando llegó el punto de rematar la puntera del calcetín incluso me atreví con el tan temido grafting. En un primer momento había pensado seguir la sugerencia de Désirée y hacerle un falso grafting, esto es, darle la vuelta al calcetín y rematarlo a tres agujas ya que el resultado es practicamente igual. Pero resultó que darle la vuelta al calcetín con las agujas o con imperdibles era harto complicado así que después de una breve búsqueda en Google dí con este vídeo donde se explica cómo hacer el grafting, son las instrucciones más claras que he visto hasta ahora, de hecho sencillísimas.
Gracias a todas por los ánimos que me habéis dado, de haber podido os hubiera llamado a todas para contaros que ya tenía mi primer calcetín...y es que cuando lo acabé estaba sóla en casa sin nadie que contemplara mi hazaña, jeje...
Tengo una sensación parecida a cuando acabé mi primer chal calado en circulares, una sensación de orgullo, de haber conseguido lo que me parecía tan complicado y es que una tiene tendencia al pensamiento pesimista aunque esto proporciona alegrías mayores, no? Desde luego esto del tejido me está sirviendo como terapia contra la impaciencia, me hace ser más constante y me proporciona unas satisfacciones con las que jamás conté.