Como decía ayer, ya estoy de vuelta después de casi diez días por tierras andaluzas. Una de las cosas que más me gustan es salir de viaje en cuanto me dan las vacaciones para desconectar de manera radical así que, justo al día siguiente de salir me cogí un autobús camino a Granada a visitar a unos amigos que viven en la costa. El plan era simplemente pasar unos días en su casa y volver pero a mitad de semana nos surgió la posibilidad de ir a Tarifa donde se uniría mi pareja...y mira ya puestos ninguno de los cuatros estaba por dejarla pasar ;)
Así que he pasado unos días en la costa granadina, un sitio precioso que no deja de asombrarme con ese mar enorme y sus sierras a la espalda y la vega tropical o lo que va quedando de ella porque donde mires se ven grúas. Han sido unos días tranquilos, de muchísimas horas de conversación y completamente relajadas.
El fin de semana nos fuimos a Tarifa, un sitio de geografía espectacular en la que ves la costa africana tan cerca que casi la puedes tocar. Siempre que voy pienso lo mismo....eso es África!! algo mentalmente tan lejano está a apenas 14 kilómetros en barco.
Tarifa además de ser un pueblo bellísimo tiene siempre un ambiente peculiar. Estos días está especialmente lleno porque se celebraba la feria, un campeonato mundial de kate-surf y es la mejor época para ver la migración de las aves que se dirigen a África...esto es, calles llenas y muchísima mezcla.
En fin que vengo contentísima deseando disfrutar en casa del par de semanillas que me quedan todavía. Ahora a leer, a tejer muchísimo que apenas he dado dos puntadas en estos días de viaje, a cocinar y maquinar proyectos para el invierno.