Mi cuota de quejas navideñas...

Pues si, yo también me quejo de la navidad, no me gusta, no me ha gustado nunca y cuantos más años pasan más me espanta, para qué decir otra cosa.
Creo que lo que más me disgusta es el exceso, exceso de comida, de compras, de regalos, de compromisos mayoritariamente absurdos, exceso de “buen rollito” falso como si viviéramos en un anuncio de turrones.
Me parece fantástico que haya gente que disfrute de estas fechas, me alegra un montón, pero para los que preferiríamos pasar de largo estos días parece haber muy poca opción. Aún así confieso que tanto mi compañero como yo tenemos las cosas bastante claras y a nuestras familias, aunque a disgusto me supongo, no les ha quedado más remedio que hacerse a la idea de que como mucho hacemos una comida familiar, si es que…y que salimos por piernas a la más mínima oportunidad. Podemos comer juntos cualquier día del año así que sigo sin entender el por qué de obligarse a cenar determinado día, pegándose una paliza desmesurada a cocinar, intentando que todo sea tremendamente especial sin motivo aparente. Vaya, en resumidas cuentas me joroba tener que hacer las cosas porque “tienen que hacerse”.