A medias
Llevamos unos días de calor sofocante, ni siquiera en las alturas de mi casa corre ni una brizna de aire con lo que tejer es en ocasiones misión imposible pero aún así sigo intentando tejer un par de horas al día. Ayer ante la imposibilidad de seguir tejiendo unos calcetines de lana me puse a buscar las madejas de algodón que rondan por el alijo y que ante mi sorpresa son poquísimas. Parece ser que la mayoría de mis compras las hago cuando viajo y como los viajes son principalmente al norte de Europa pues lo único que hago es acumular preciosas madejas de lana 100% tan poco apropiadas por estas latitudes...al menos en verano.
En mi búsqueda llegó el momento en que no pude obviar más el hecho de los múltiples proyectos a medias que escondo en distintos rincones de mi casa. Realmente a medias es un término poco apropiado, para la buena verdad casi todos los proyectos están a falta de rematar o como mucho a falta de tejer unas 15 vueltas. Todo esto me hace pensar la alegría con la que comienzo labor tras labor y la pereza infinita que me produce acabarlas. Haciendo una cuenta rápida tengo: un chal de algodón a falta de diez vueltas, un chal de lana a falta de un grafting (de más de 100 puntos...no digo más), un calcetín al que sólo tengo que rematar la puntera y una chaqueta de invierno con unas mangas a medio tejer (en este caso no tengo ninguna duda de por qué paré...odio coser de ahí que las mangas sigan sin acabar). Con todo esto pensaréis que rápidamente me puse a liquidar cosas pendientes, no? eso hubiera sido lo normal pero de pronto me pareció urgentísimo empezar una bufanda, de algodón eso si, para un amigo que no la necesitará en digamos...los próximos tres meses. En fin que todavía queda verano para enmendarme y si las temperaturas no bajan no me quedará más remedio que encender el aire acondicionado dos horas al día para tejer.